Según Lippman, el “rebaño desconcertado” es la base de la democracia representativa pues este representa el sustento para el status quo vigente. Los “dueños de la sociedad” son quienes ostentan el poder real en lo económico, lo político y lo ideológico, razón por la cual controlan la simbología, la ideología y la verdad hegemónica que se desarrolla y presenta en el total de la sociedad.
Mientras que la masa de la sociedad actúa como espectadora en dichos procesos, la clase dominante y la clase especializada son partes activas en los procesos sociales por lo cual necesitan fabricar el Consenso a través de las escuelas, la cultura y los medios de comunicación. El consenso sirve para crear la verdad hegemónica, para consolidar la unidad social y para impedir la cohesión y organización de los individuos, evitando fracturas en el orden prevalente.
Para quienes desarrollan la ideología social, para quienes estructuran el consenso, para los “racionales”, la mayoría de la población suele guiarse por emociones e impulsos, por lo cual la clase especializada es la encargada de crear ilusiones que guíen a la gente, hacer que los intereses de la elite se vuelvan intereses comunes. Es allí donde los medios cumplen su labor fundamental, pues si bien en un sistema totalitario quien guía al individuo es la represión por medio del uso de la fuerza, en la democracia son los medios quienes guían por medio de la propaganda.
Los medios sirven para atomizar e individualizar a la sociedad, su función es crear al sujeto, es crear al ciudadano dejarlo al margen de las decisiones relevantes de la sociedad. Sin embargo, “el rebaño de espectadores” tiene algunas veces un papel activo en la toma de decisiones, pues al ser un sistema democrático y no totalitario, los individuos tienen la potestad para elegir quien es su líder, quien es el pastor que los guía. Así bien, corresponde a los medios de comunicación movilizar a la gente para elegir los representantes que hablaran por ellos y para legitimar el modelo democrático existente.
Los medios de comunicación no funcionan simplemente como transmisores de información, sino que son el pilar que mantiene la estructura social, política y económica vigente. La denuncia es esencial para los medios de comunicación, sin embargo dicha denuncia cuestiona elementos superficiales del sistema, se dirige hacia personas o hacia instituciones, pero jamás se dirige hacia la estructura social misma.
Individualizar y atomizar es un papel relevante en la función mediática, de los medios depende que la sociedad reconozca que es lo bueno, lo malo y lo correcto. Los medios destruyen las organizaciones sociales, pues es importante que las masas no se organicen pues esto amenaza al orden existente. Quienes disienten son mostrados como una amenaza a la armonía social, un ejemplo es una huelga de trabajadores, en dicho escenario es probable que se presenten actos violentos, los cuales son usados para mostrar al movimiento sindical como un movimiento que esta en contra de lo que quiere la sociedad, que solo promociona la violencia y que no ayuda al crecimiento económico de la sociedad pues si se trabaja mas, la empresa crece y probablemente el sueldo del trabajador también. Se destruyen las disidencias por medio de campañas publicitarias sin sentido, que unen a la población detrás de un mismo discurso, es decir, si un sindicato se organiza y lucha por algunas reivindicaciones laborales, el papel de los medios es, no solo mostrar la violencia que va en contra del sentir común, sino utilizar frases que unen a la sociedad, como por ejemplo amar al país y trabajar por el, lo cual une la sociedad (pues no hay quien se oponga a trabajar por el país) y la lleva a un desacuerdo con las reivindicaciones que la organización social pedía, en este caso el sindicato.
Los medios en una sociedad como la nuestra, no pueden cumplir una función que vaya mas allá de una denuncia superficial, mucho menos cuando la libertad de expresión se transforma de un derecho a un privilegio de unos pocos, es decir cuando se privatizan los medios de comunicación, pues cuando esto se hace, la información se mercantiliza, haciendo que responda no solo a la lógica periodística de la denuncia y control político del poder, sino que se guié por las leyes del mercado.
La libertad de expresión es el derecho de un ciudadano a participar en cualquier debate público, a presentar sus argumentos en igualdad de condiciones.[1] Cuando los medios se privatizan, siempre se hace en detrimento de los derechos de los demás individuos de la sociedad, pues se logra que la voz, los argumentos y la importancia de las noticias no se midan por su relevancia sino por el capital que hay de por medio, es decir, la privatización logra que tenga mayor voz quien mas dinero tiene.
Así bien, la existencia de medios privados de comunicación es un factor incompatible con una democracia real, pues los espacios privados no funcionan democráticamente ya que en estos no prevalece el derecho a que se nos oiga a todos por igual. Los medios privados no pueden garantizar de ninguna manera que se oigan a todas las voces de una sociedad, que no se excluyan ningún argumento y que únicamente se opongan razones a razones y no amenazas desde el poder[2]. La información en los medios privados siempre tendrá inmersa la necesidad de proteger el interés de sus propietarios, ya sean intereses políticos, económicos o sociales.
Para analizar a los medios de comunicación, no solo debe partir de la función que cumplen desde el periodismo y desde el entretenimiento, si bien esto es importante, no es lo mas relevante, la función real de los medios es la propaganda y la creación de ciudadanos, teniendo en cuenta que son estos quienes los individualizan, atomizan y movilizan, pero son a su vez quienes impiden que se agrupen socialmente. Se debe mirar el papel que estos tienen, si son solo medios de información y entretenimiento o sin son actores políticos activos que influyen de manera directa en las decisiones de las personas. Cabe preguntarse además, con que parámetros un medio fija que es importante y que no, es decir que hecho tiene la relevancia necesaria para que la sociedad lo conozca. Bajo que parámetros un medio identifica que es lo bueno, lo malo y lo correcto en una sociedad, pues finalmente son estos quienes estructuran dichos principios.
Los medios deben ejercer la autocrítica, especialmente desde el periodismo donde siempre se ha visto un enemigo exterior, como la presión gubernamental, las amenazas de actores armados, etc., pero jamás se han cuestionado las amenazas y problemas internos que tienen los medios de comunicación en la actualidad. Es necesario abrir un debate no solo de la libertad de expresión, sino de la libertad de información y como la ejercen los medios periodísticos, los cuales hoy en día son corporaciones informativas guiadas no por el interés periodístico sino por el interés económico y político de sus propietarios. (Cabe resaltar que detrás de los conglomerados mediáticos están industriales o banqueros que los controlan, ejemplo Caracol TV y RCN, empresas que pertenecen a un empresario de cervezas y a uno de gaseosas, respectivamente.)
Sin duda alguna la denuncia es importante, pero se debe mirar a los medios de comunicación como un actor fundamental de la sociedad, teniendo en cuenta que no solo denuncian sino que incluso tienen el poder para colocar o tumbar gobernantes, es evidente que juegan un papel político importante, incluso más fuerte que el de los partidos o movimientos políticos.
Los medios son un factor relevante en la creación del modelo de sujeto, desde su infancia hasta su muerte. En la era en la que vivimos, una era mediática donde la labor de la comunicación cobra cada vez mas importancia se debe tener en cuenta el papel de los medios en los procesos y trasformaciones sociales. El impulso de herramientas como Internet sirven para democratizar la información, las voces y los argumentos, sin embargo existe un gran reto para dicha herramienta ya que el porcentaje que puede acceder a esta tecnología sigue siendo bajo con respecto a la penetración de la radio y la televisión (por lo menos en Colombia) donde existen grandes monopolios privados y corporativos de comunicación.
Masificar los medios virtuales significa romper con el monopolio informativo pues cualquiera puede convertirse en emisor de información. Las organizaciones sociales tienen mayores posibilidades parar estructurarse internamente hacia sus participantes y externamente hacia el resto de la sociedad. La diversificación de opiniones rompe la creencia de la única verdad, sin embargo se corre el riesgo de creer que cualquier cosa puede ser noticia, lo cual debe ser medido por las comunidades a las cuales les llega la información. La labor informativa se debe guiar por la solidez en la información, la confirmación, la credibilidad y el contrates de versiones.
Así bien para analizar a los medios de comunicación se debe observar como se estructura al sujeto, sobre que parámetros se crea al ciudadano para que desde pequeño actúe como un agente de consumo, un agente individualizado, aislado pero al mismo tiempo concentrado con los demás agentes sociales. Se debe mirar la función de los medios desde la pequeña influencia hasta el compromiso que tienen de mantener, cambiar o modificar el status quo vigente.